Brasil y sus nuevas represas ecológicas

The Wall Street Journal se refiere a la construcción de una «represa ecológica» que puede cambiar la faz del Amazonas. Básicamente, menciona a la represa Santo Antonio, ubicada muy cerca de Porto Velho, capital del estado brasileño de Rondonia. Mediante sistemas de turbinas submarinas, se generará electricidad a partir del agua que fluye por el río Madera. Se dice que con esta nueva tecnología no se producirán los desastres de los 80 del siglo pasado que inundaron bosques y crearon serios problemas al medio ambiente. Este proyecto es el primer paso hacia la construcción de por lo menos 24 nuevas represas a lo largo de la cuenca amazónica por un valor de hasta 100.000 millones de dólares. Recordemos que Brasil ya tiene en operación más de 650 represas en todo su territorio y que el 80 por ciento de la energía que utiliza el gigantesco país se produce a través de la utilización de recursos hídricos. Esta «represa verde», sobre la que se nos informa, palía en parte las justificadas quejas pasadas de muchos ecologistas y tal vez abra el camino para amainar las fuertes protestas en marcha por la futura construcción de otro gran proyecto: Belho Monte, en el río Xingu, obra que aún antes de su inicio ya está ocasionando fuertes reclamos de muchos grupos ambientalistas, incluido el famoso cineasta y director de Avatar, James Cameron. En un Brasil con elevadas tasas de crecimiento y aspiraciones de ser potencia mundial, el dilema entre el desarrollo y la preservación de la naturaleza se hace cada vez más agudo. Cabe esperar que los brasileños encuentren una fórmula de desarrollo sostenible que pueda sustentar represas y vida silvestre conjuntamente. La amazonia es un patrimonio de la humanidad y provee el 80 por ciento de la humedad de toda la corteza terrestre. Si las represas serán —o por lo menos tenderán a serlo— «ecológicas», en buena hora. En todo caso, y en lo que respecta a Bolivia, aún no hay datos precisos sobre el impacto que tendremos en nuestro territorio una vez que se pongan en marcha Santo Antonio y Jirau. También deberán considerarse los impactos que surgirán de las represas que ineluctablemente seguirán construyéndose a lo largo de los ríos amazónicos.

Fuente: Los tiempos