En 1973, una comisión especial se encarga del diseño de Estudio de la Realidad Social Argentina (ERSA).” Una primera lectura del nuevo diseño curricular1 deja ver claramente que fue delineado por el ala más progresista del peronismo.

Los contenidos y objetivos se adecuan perfectamente a dos paradigmas: el de la teoría de la dependencia y el de la pedagogía de la liberación de Paulo Freire.

La teoría de la dependencia se caracteriza por realizar un análisis estructural del mundo centrado en la relación centro-periferia. En ese esquema, el subdesarrollo que afecta a los países del Tercer Mundo fue causado por la desigual inserción en el mapa económico y político de la colonización europea. El factor estructurante de las relaciones internacionales y, por ende, del desarrollo o subdesarrollo, es la economía.

La condición de subdesarrollo trae aparejada una configuración social específica, generadora de relaciones sociales también específicas.

La pedagogía de la liberación se sostiene en columnas tales como: el carácter fundante del diálogo, la educación como acto político, aprender es conocer, entre otros. La función del educador no es trasmitir conocimientos, sino ser “facilitador” del proceso de aprendizaje, o sea, del redescubrimiento, la reproducción y recreación de los conocimientos preexistentes en los educandos. Los educadores conducen el acto educativo en el marco del diálogo horizontal. La educación tiene una función política porque su objetivo es el de ayudar a que los educandos sean partícipes de la creación y transformación del mundo. La tarea pedagógica está orientada no a producir una “adecuación a lo dado” (adoctrinamiento), sino a la adquisición de un pensamiento autónomo propio (concientización).

En una primera lectura del programa de ERSA, es más que fácil advertir el giro en el tratamiento pedagógico que se da con respecto al período anterior.

También se enfatiza que ERSA debe ser un factor integrador y sintetizador dentro del curriculum escolar.
Los contenidos están organizados alrededor de un eje: “soberanía o dependencia” y se desarrollan en cuatro áreas interrelacionadas: economía, política, sociedad y cultura. Se gradúan de lo más cercano a lo más lejano de primero a tercer año del nivel medio:

Entre las actividades que se sugieren encontramos: discusiones grupales, investigaciones guiadas por técnicas sencillas (encuestas, entrevistas, visitas) con el objeto de acercarse a los problemas de la comunidad local, realizar diagnósticos vinculando procesos en su relación causal, determinación de programas a cumplir y evaluación de resultados, participación activa en grupos comunitarios, organización de campañas solidarias.

El modelo de sociedad que se plantea es el de una sociedad participativa, con un amplio protagonismo de las organizaciones, desde las cívico-barriales y los centros estudiantiles hasta las Naciones Unidas. Es decir, la participación democrática no se restringe al ejercicio del sufragio, sino que conforma una compleja red de relaciones sociales solidarias. Se inicia con la actividad de los adolescentes en los centros estudiantiles en las escuelas, continúa con el compromiso barrial de los jóvenes y la actuación de hombres y mujeres en juntas vecinales y sociedades de fomento, para tener su expresión más acabada en la elección del gobierno nacional. Se dedica un apartado especial, por primera vez, a los partidos políticos como canales de la participación ciudadana y formadores de la representación política.

El sujeto, concebido en su doble faceta “persona-ciudadano”, goza de amplios derechos, los cuales deben ser garantizados por el Estado con la cooperación popular. Si no se lograra ese objetivo, estaría condicionado “el puro ejercicio de nuestra soberanía”. O, lo que es sinónimo, se vería amenazada la propia democracia. Queda claro que se presenta un proyecto político en el que se persigue una gobernabilidad inclusiva, posible a través del desarrollo, de la independencia económica, la industrialización con adecuada explotación de los recursos naturales y la recuperación del patrimonio nacional.