Origen y objetivos del EAAF

Aplicando la antropología forense y otras ciencias relacionadas, el EAAF intenta recuperar e identificar los restos de víctimas de violaciones a los derechos humanos, restituirlos a sus familiares y brindar a la justicia y comisiones investigadoras los resultados del trabajo forense. Durante todo el proceso de investigación, el EAAF trabaja en estrecha colaboración con testigos y familiares de las víctimas. A través de este trabajo buscamos aportar información sobre las violaciones a los derechos humanos y derecho humanitario; contribuir a la búsqueda de la verdad y la justicia, y a la reparación y la prevención de estas violaciones. Durante los años 70 y comienzos de los 80, gran parte de los países latinoamericanos atravesaron períodos de intensa violencia y represión. El Estado, en muchos casos bajo control de gobiernos militares, cometió severas violaciones a los derechos humanos contra grupos guerrilleros de izquierda, organizaciones sociales y políticas. En los años 80, en muchos de estos países, junto con la vuelta a la democracia surge la necesidad de investigar los crímenes del pasado. La aplicación y desarrollo de la antropología forense en la investigación de violaciones a los derechos humanos surge de esta necesidad histórica. El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) es una organización científica, no gubernamental y sin fines de lucro, que en 1984, con el retorno a la democracia en Argentina, comenzó a trabajar en la búsqueda de personas "desaparecidas" durante la última dictadura militar (1976-1983). Desde entonces, distintas organizaciones nacionales e internacionales solicitaron la colaboración del equipo en la investigación de casos similares en más de 20 países. A diferencia de los médicos forenses, que en general trabajan con cadáveres, los antropólogos forenses recuperan y analizan principalmente restos óseos. El trabajo del EAAF básicamente consiste, en primer lugar, en tomar testimonios a familiares de las víctimas y testigos de los hechos y evaluar la documentación existente en cada caso. El segundo paso implica la exhumación con técnicas arqueológicas de fosas individuales o comunes. Finalmente, se analizan los restos recuperados en el laboratorio. Allí se intenta determinar la causa y manera de muerte e identificar los restos de la víctima, con el fin de restituirlos a su familia y presentar la evidencia a la justicia.