Introducción

Lectura de libros y periódicos

La etimología de la palabra paratexto nos remite a lo que rodea o acompaña al texto (para = junto, al lado de). El conjunto de paratextos constituye el primer contacto del lector con el material impreso y, desde este punto de vista, funciona como un instructivo o guía de lectura, ya que le permite anticipar cuestiones como el carácter de la información y la modalidad que esta asumirá en el texto. Los distintos formatos (libro, diario, revista, entre otros) que toma el texto escrito utilizan distintos y variados paratextos (índices, volantas, títulos, contra t a p a s, primera plana, datos de autor/es, de edición, etc.) que se interrelacionan con los modos de lectura que se deben desplegar para cada uno de ellos.

Todo proceso de comprensión textual implica llevar a cabo una serie de operaciones cognitivas de distinta complejidad: anticipación del tema del texto y de la función textual (informar, apelar al destinatario, obligarlo a algo, contactar, etc.), búsqueda en la memoria y selección de la información que tiene el lector y que se relaciona con la que supone que le va a aportar el texto, puesta en relación de ambos tipos de informaciones (la del lector y la del texto). Los elementos paratextuales orientan y ayudan al lector en las distintas operaciones; es por esto que quien se enfrenta a un texto no parte de cero, sino de una primera representación semántica, una hipótesis, que luego se irá reformulando durante la lectura.

En el caso de los lectores poco competentes, es decir que desconocen las estrategias que deben desplegar para desentrañar el sentido de un mensaje, por ejemplo el de un libro, es muy común que no registren el paratexto o que no sepan cómo decodificarlo. Lo marginal o periférico de muchos elementos paratextuales puede connotar para estos lectores una pérdida de tiempo, un detenerse en cuestiones aleatorias, digresivas. Es por este motivo que no "pierden el tiempo" en leer prólogos, contratapas o índices.

Una posible clasificación

Podemos clasificar los paratextos según distintos criterios.

  1. Desde un punto de vista perceptivo, distinguimos entre:
  2. Desde el punto de vista de la emisión, diferenciamos entre:

Algunos paratextos, como el título del libro y el prólogo, pueden ser el resultado de "negociaciones" entre el editor y el autor.

¿En qué aspectos son los paratextos orientadores de la lectura?

Como ya se dijo, los distintos paratextos ofrecen diversos tipos de indicios que aportan información para orientar la comprensión. En esta propuesta nos dedicaremos a describir y proponer actividades en relación con la contratapa, el prólogo y el índice.

La contratapa no suele ser el paratexto más fiable en cuanto a la información que brinda, dado que su función primordial es influir sobre los posibles compradores. Sin embargo, aporta algunos datos sobre el contenido, el autor y su obra. Lo hace con el objetivo de persuadir y, por lo tanto, en muchas ocasiones incluye opiniones extraídas de reseñas sobre el libro (obviamente, de aquellas que hacen una evaluación positiva).

El prólogo o prefacio es un discurso que el autor, u otra persona en quien él -o el editor- delega esta tarea, produce a propósito del texto. Los prólogos, en general, tienen la función de informar sobre el contenido y objetivos del texto, presentar una posible interpretación, ofrecer datos sobre el origen de la obra y la "cocina" de su producción. Como es obvio, también tienen la finalidad de capturar la atención del lector y retenerlo. Vale la pena recordar que los principales argumentos de valorización del libro suelen ser la importancia del tema, su originalidad y novedad.

El índice, que es una tabla de contenidos o de materias, está conformado por un listado de los títulos según su orden de aparición, cada uno con la indicación de la página correspondiente. Este paratexto refleja la estructura lógica del texto, por lo que cumple una función organizadora de la lectura: si el lector quiere realizar la lectura completa del libro, puede prever los temas con los que se enfrentará; si, por el contrario, busca una información específica como parte de un proceso de investigación, se dirigirá directamente hacia aquellas secciones (partes, capítulos, parágrafos) sobre las que tenga especial interés.

Propuesta

Lectura con hipótesis

Antes de comenzar la lectura de cada uno de los libros del año, usted les puede pedir a los alumnos que anticipen el contenido. Algunos acudirán a ciertos paratextos, otros fijarán la atención solo en el título y habrá quienes no estén muy seguros de "lo que tienen que hacer". Durante la puesta en común, es importante pedirles que justifiquen sus conjeturas señalando qué marcas (gráficas o lingüísticas) les sirvieron como indicio.

Al finalizar la lectura del libro, podrán confrontar esa primera conjetura y también reflexionar acerca de sus aciertos y desaciertos: ¿el problema fue que la contratapa exagera sobre los aspectos interesantes de la obra?, ¿será que el índice es demasiado escueto y finalmente no aporta información?,etc.

Ficción de librería

Se ubica sobre las mesas del aula una variedad de libros aportados por los alumnos, por el docente o pedidos a la biblioteca. La consigna es que elijan uno de ellos. Nuevamente, usted podrá advertir diferencias con respecto a lo que los alumnos "creen que tienen que hacer": muchos solo fijarán su atención en los paratextos icónicos (ilustraciones de tapa e interiores, diseño de tapa, colores) mientras que otros se detendrán en los paratextos verbales como contratapa, índice, prólogo, etc.

Cualquier actividad de este tipo tendrá dos facetas simultáneas: por un lado, el alumno debe hipotetizar sobre el contenido del libro, y por el otro, evaluar si ese contenido le interesa. Por lo tanto, es necesario que la oferta sea lo más diversa posible.

Lectura por barrido

Antes de emprender la lectura minuciosa de cualquier texto, se les pide a los alumnos que recorran la superficie del texto recogiendo aquella información que salte a la vista, y que señalen cuál es el tema y qué es lo que, a grandes rasgos, se dice sobre ese tema.

Esta actividad implica la lectura de paratextos como título y subtítulo, tipografías (negritas, cursivas, tamaños de letras) y también fotos, dibujos o esquemas si los hubiera.

Contratapas y "contratapas"

Si los alumnos tienen acceso a videocasetes, se les puede pedir que comparen las contratapas de algunas novelas con las "contratapas" de las películas en video. ¿En ambos tipos de contratapas aparece un resumen del argumento? ¿De qué tipo de resumen se trata? ¿A qué otras cuestiones se hace referencia? ¿Se puede establecer un paralelismo o hay demasiadas diferencias? Finalmente, se puede debatir acerca de las razones de esas semejanzas y diferencias, tanto en relación con la estructura como en relación con el estilo.

Leer para escribir paratextos

La escritura de una contratapa, un prólogo u otros paratextos presupone la lectura previa de contratapas, prólogos u otros paratextos. De esta manera, los alumnos podrán abstraer, por un lado, la estructura básica del paratexto correspondiente, y por otro, las funciones dominantes de estos géneros(por ejemplo, persuasiva para la contratapa y persuasiva e informativa para el prólogo).

Algunas actividades posibles

Elaborar un prólogo para un libro leído. Se trata de una tarea de cierta complejidad, por lo que, además de la lectura de otros prólogos, se puede plantear entre todos una estructura canónica que contenga, por ejemplo: referencias al autor y su obra, contexto histórico en que fue producido el texto, en lo posible una referencia a la recepción del texto. Si se seleccionan textos de edición reciente o reeditados, se pueden rastrear reseñas críticas de diarios o revistas especializadas, para tener una idea de las críticas que se le han hecho.

Tapas y contratapas de libros

Los paratextos constituyen el primer contacto del lector con el material impreso, por lo que funcionan (cuando se los sabe leer así) como una guía de lectura.

Sugerencias didácticas

Tal como lo plantea la Propuesta, es importante señalar la función que cumplen los paratextos en el acceso al libro publicado (antes se hubiera dicho sólo "libro impreso", hoy debe hablarse también del "libro virtual").

Sin duda, los paratextos ayudan y guían la entrada a un texto escrito. A través de ellos, el lector, ya antes de comenzar la lectura del texto, propone una serie de hipótesis acerca de qué es lo que va a leer: género, campo del saber al que pertenece el libro, tema, etc. En ese sentido, lo primero que se observa en un libro es la tapa, integrada por una serie de marcas icónicas (ilustraciones, logotipo de la colección a la que pertenece el texto) y verbales (título, nombre del autor, género del texto, etc.).

Se sugiere que los alumnos busquen en internet sitios que rescatan tapas antiguas y actuales de libros escritos en otros idiomas. Así, los alumnos tendrán materiales "gráficos" que pueden servir, por un lado, para ilustrar la entrada hacia las actividades de la propuesta y, por otro, para llevar adelante otra actividad de escritura: producir un comentario, una contratapa, un prólogo, imaginando qué quieren decir esos títulos en otras lenguas y su correspondiente anclaje en las imágenes. A su vez, el trabajo con estas tapas puede relacionarse con la época en que se produjeron.