“Autobiografía”, de Gervasio Antonio Posadas (fragmento)

Habiendo renunciado esta Junta por varias causas largas de contar y señaladamente por una especie de conmoción y gritería en el cuartel de patricios se eligió otra, compuesta de siete vocales y dos secretarios sin entrar el depuesto virrey. Al poco tiempo se agregaron hasta 20 o más vocales incluso el presidente Saavedra; y así se volvió todo un desorden y confusión en el despacho de los negocios, como que procedía de una revolución hecha sin plan alguno y ni combinación, como sigue hasta el día. Uno de los secretarios, el doctor Moreno, renunció, lo mandaron en comisión a Londres y murió en el camino. Don Miguel Azcuénaga, don Juan Larrea, don Nicolás Rodríguez Peña y don Hipólito Vieytes, vocales de la junta renunciaron, no les admitieron y a los pocos días fueron desterrados en la pueblada, o primera montonera del 5 y 6 de abril de 1811, dirigida por Saavedra, su confidente doctor Campana y otros sus amigos. El vocal doctor don Manuel Alberti, cura de San Nicolás, murió de resultas de una desavenencia escandalosa con el deán Funes que también era vocal de esa celebérrima junta de gobernadores que no se entendían.