La transformación de la energía eólica (Primera parte)
La
energía contenida en el viento puede ser transformada, según sea la
necesidad, en energía eléctrica, mecánica o térmica. Las posibilidades
de uso que ofrece la energía eléctrica son bien conocidas. En cuanto a
la mecánica, en el caso que nos ocupa, se utiliza el bombeo de agua o
molienda de distintos productos. La energía térmica se consigue a
partir de la energía mecánica. Para efectuar esa transformación se
utilizan distintos tipos de equipamientos. En términos generales, no se
requieren grandes velocidades de viento para producir energía, más bien
al contrario, cuando el viento es demasiado intenso se hace necesario
detener los equipos para evitar deterioro. En la mayoría de los casos,
un equipo comienza a generar energía con una velocidad del viento de 4
metros por segundo (m/s), equivalente a unos 15 km/h. Entrega su
potencia máxima cuando la velocidad es del orden de los 12 a 15 m/s (40
a 55 km/h) y es necesario sacarla de servicio cuando alcanza 25 m/s (90
km/h). Existen dos tipos principales de máquinas que
aprovechan la energía contenida en el viento: los molinos, que se
utilizan fundamentalmente para bombeo mecánico de agua, y los
aerogeneradores de electricidad. Es muy común en el
campo la utilización para extraer agua del subsuelo. El equipo
utilizado se denomina molino multipala en razón de estar compuesto por
un número elevado (12 a 16) de palas. La razón de este sistema radica
en que con muy baja velocidad de viento (apenas una brisa) está en
condiciones de trabajar. Al girar acciona mecánicamente una bomba que
extrae el agua necesaria. El diseño de este tipo de
molino es de origen norteamericano, introducido en Argentina a mediados
del siglo pasado y hoy de fabricación nacional. También es muy
utilizado en Australia, Sudáfrica, Holanda y Dinamarca.
Fuente:
Secretaría de Energía, Ministerio de Planificación Federal, Inversión
Pública y Servicios de la Nación (2008).
Energías renovables, energía
eólica.