En un ambiente que no cambie, aquellos genotipos que estuvieran perfectamente adaptados persistirían durante millones de años. Esta situación es, sin embargo, hipotética ya que todos los ambientes cambian. Cuanto más impredecible es un ambiente, mayor probabilidad habrá de que sus organismos cambien y, por lo tanto, se adapten. Este es el caso de algunas especies que pueden modificar su modo de reproducción, según las condiciones ambientales.

¿Qué tiene esto que ver con las mutaciones? Las mutaciones representan una fuente de variación. Si los errores causados por la mutación son irreparables, la célula morirá mediante el proceso natural de muerte celular programada denominado apoptosis. Si la mutación resultara perjudicial para la célula, seguramente provocará su muerte y se terminará el problema. Sin embargo, si la mutación favoreciera a la célula, es decir, le brindara ventajas para sobrevivir en el entorno en el que se encuentra, probablemente no se perderá, y las células que provengan de esa célula mutada contendrán la misma mutación. A medida que pasen las generaciones esas células seguirán expuestas al proceso de mutación y selección. Actualmente se acepta la idea que la evolución de las especies actuó y sigue actuando de esa manera; seleccionando los organismos cuya proteína codificada, provocada por mutaciones en su genoma, sea más eficiente (pero este proceso tarda miles de millones de años en hacerse evidente).

Un ejemplo de esto es la resistencia a insecticidas o a los antibióticos creada por cambios espontáneos en el genoma de ciertos insectos o bacterias. Estos cambios les confieren a los organismos involucrados una ventaja competitiva sobre el resto de una población, haciendo que puedan soportar la presencia de estos agentes de mejor manera que sus pares. Este es nada más y nada menos un ejemplo del mecanismo de selección natural, propuesto por Darwin.

Todos los libros de la biblioteca están expuestos a mutaciones, pero cuando el cambio provoca un beneficio para la célula afectada y un perjucio para todo el organismo, la selección natural nos juega una mala pasada. Este es el caso del cáncer, una enfermedad causada por alteraciones en los genes. Las células se transforman en cancerosas cuando, mediante acumulaciones de errores en su ADN, adquieren capacidades que permiten que sean seleccionadas por el entorno que las rodea. Estos cambios son provocados por ciertos tipos de agentes como el tabaco o la radiación solar que, de manera lenta y progresiva modifican el ADN de las células.

El cáncer es, entonces, una enfermedad genética, ya que hay un problema a nivel del genoma, pero no es hereditaria como las comúnmente denominadas enfermedades genéticas.

Las células cancerosas contienen un caos en la biblioteca. Estas células acumulan mutaciones (cambios de libros de estanterías, inserción de frases, etcétera) preferentemente en los libros relacionados con la comunicación entre las células o los procesos que involucran vías de recepción de señales y cambios en la expresión génica dentro de la célula.

Estos cambios hacen que las células cancerosas adquieran "superpoderes" que les otorgan la capacidad de hacer cosas que las otras células no pueden:

Células cancerosas

Figura 1. Las células cancerosas tienen la capacidad de infiltrarse en los vasos sanguíneos y viajar por la sangre. Cuando esto ocurre, pueden colonizar otros tejidos situados a gran distancia. Este proceso se conoce como metástasis.

Si la célula adquiere la capacidad de proliferar rápidamente, sin atender las órdenes de "terminación de crecimiento" del organismo, comienza la formación de una neoplasia (o nuevo crecimiento, en el sentido literal). Las células neoplásicas son capaces de estimular la formación de vasos sanguíneos (angiogénesis). Además poseen la capacidad de infiltrarse en el torrente sanguíneo, viajar a través de él para colonizar otros tejidos y formar nuevos focos de crecimiento (metástasis). Cuando esto ocurre, las células son malignas. Pero si no tuvieran la capacidad de invadir sitios distantes y provocar metástasis, la neoplasia es considerada benigna.