En este contexto se introducía en la escuela media la materia Educación Cívica, que debía reemplazar a la anterior Formación Moral y Cívica del período de la dictadura, y que tenía como objetivo llevar a ese nivel escolar la nueva orientación política del gobierno. De la resolución del Ministerio de Educación de 1984 que establece el contenido y los objetivos, se desprenden las importantes diferencias entre ambas materias.
Formación Moral y Cívica
Educación Cívica
Autoritarismo
Democracia
Desconexión con la realidad
Parte del análisis de la realidad
Pretensión de neutralidad política que disfraza una clara orientación política y religiosa
Asume la imposibilidad de la neutralidad al admitir la pluralidad como característica esencial de la escuela, los docentes y los alumnos.
Actitud pasiva del profesor y del alumno
Promueve la participación activa del alumno en la comunidad de pertenencia y, sobre todo, en el aula
Rigidez disciplinaria a través de reglamentaciones rígidas
Promoción de la autodisciplina
Actitudes no críticas, de aceptación por parte del profesor y del alumno
La actitud crítica como objetivo
Los programas solo se refieren a los contenidos
Los programas especifican contenidos, objetivos, estrategias didácticas y evaluación
Hay una voluntad manifiesta de conectar el proceso educativo con la realidad.
Por ejemplo, el programa de primer año sigue un orden lógico, ya utilizado en diseños anteriores: parte de lo más próximo para llegar a lo más lejano (grupos primarios, escuela, comunidad vecinal, municipio, provincia). La diferencia es que se instruye al profesor para que respete esa secuencia pero sin apartarse de los temas concretos de la realidad del alumno.
En el mismo sentido, en los programas del 2º y de 3º año se indica que los contenidos deben ser flexibles de modo de adecuarlos al momento político social como medio de motivación y de actualización de los alumnos. Específicamente para tercer año se parte de “Problemas de la población” para buscar “Soluciones posibles”, con lo cual queda abierta la posibilidad de contemplar las problemáticas y las necesidades particulares de cada zona.
Los libros de texto adoptan este nuevo enfoque y, así, es posible leer en el prólogo de Educación Cívica de 1º año, de Editorial Estrada: “Este es un libro para estudiar, pero también para compartir y discutir opiniones”. Aunque todavía los libros resultan bastante lineales en la presentación de los contenidos, comienzan a incluir actividades y técnicas simples de investigación social para cumplir con los fines de estudio e intervención y participación en la comunidad.