No es necesario remarcar que la Declaración de la Independencia Nacional, ocurrida el 9 de Julio de 1816, es uno de los acontecimientos más importantes de la historia de nuestro país. Sin embargo, una vez más, en este espacio para la reflexión pedagógica nos interesa revisar críticamente la fecha y sus implicancias, y reflexionar acerca de los distintos modos de abordarla y trabajarla en la escuela.
En el espacio de reflexión acerca del 25 de Mayo de
1810 revisamos críticamente la cuestión de las efemérides. Nos interesa aquí retomar
algunas de las ideas allí planteadas.
El 9 de Julio suele pensarse y trabajarse, fundamentalmente, como el Día en que se declaró la
Independencia de nuestro país. Desde ya, como todos sabemos, estábamos muy lejos todavía de ser
el país que hoy somos. Pero la conformación del Estado argentino necesitó, para tomar forma, un
conjunto de discursos que produjeron una construcción determinada de nuestro pasado. En ese proceso,
acontecimientos como la Declaración de la Independencia jugaron un papel decisivo, del mismo modo que la
construcción, de la mano fundamentalmente de cierta línea de la historiografía, de nuestros próceres.
Aclaramos que no se trata en este espacio de dar vuelta todos los argumentos y pretender cambiar todas las versiones
que conocemos. Lejos de eso, sí nos interesa enfatizar que la lectura del 9 de Julio como fecha clave de
nuestra historia no debería caer en reduccionismos, el más habitual de ellos, considerarlo como un
acontecimiento histórico que puede pensarse de forma aislada, en el cual los argentinos decidimos declararnos
libres de España realizando un Congreso en Tucumán que se encargaría de hacerlo?sino que se
trata de un acontecimiento complejo inmerso en un contexto histórico también muy complejo. Por nuestra
parte, en la actividad para el aula que les proponemos
en este Especial hemos buscado recuperar, para el abordaje de esta fecha, la complejidad de la que
venimos hablando.
Nos parece decisivo poder enmarcar nuestra Declaración de la Independencia en el contexto amplio de las luchas
por la independencia en toda América. Esta situación nos obliga a situar, a su vez, todo este proceso
en íntima relación con lo que estaba sucediendo en Europa en el mismo momento.
La posibilidad de abordar el proceso de nuestra independencia articulando con los acontecimientos en el resto de
América y en Europa habilita a una mirada que, al incluir un mayor número de variables en la explicación, construye un relato no reduccionista,
que tiene en cuenta aspectos sociales, políticos, económicos y militares entre otros.
Buscamos con esto indicar que, muchas veces, el modo tradicional de la escuela argentina de celebrar y recordar sus
fechas trascendentales implica un recorte de los acontecimientos sucedidos antes y después de los sucesos de
referencia. Se pierde en este abordaje, en gran medida, la complejidad y riqueza inmensa que éstos tienen para
la comprensión de lo abordado.
En el caso del 9 de Julio, es fundamental tomar en cuenta diversas cuestiones que son muchas veces olvidadas. Por una
parte, es necesario tener en cuenta la tensión entre los acontecimientos que se sucedían en Europa y su
repercusión en América. Por ejemplo, la importancia crucial de las derrotas de los ejércitos de
Napoleón y lo que estas derrotas implicaron
para España y, de ese modo, también para América.
Por otro lado, será una cuestión fundamental revisar las diferentes posiciones que sostenían los
actores que participaban en los acontecimientos vinculados con nuestra Declaración de Independencia, en tanto
no existía un criterio único respecto de qué decisiones tomar. San Martín, Belgrano,
Pueyrredón, Artigas desde la Banda Oriental, entre
otros, tenían diferentes ideas acerca de cómo llevar adelante el proceso. De hecho, se afirma que el
Congreso de Tucumán fue citado de urgencia en buena medida por pedido del propio San Martín, justamente
debido a la indefinición respecto de qué curso de acciones seguir en las luchas por la Independencia en
América.
Estos diferentes actores jugaron contradictorios papeles. Como hemos señalado, no todos pensaban igual y es un error entender que las posiciones respecto de la independencia de España eran homogéneas entre los que dirigían los destinos de lo que luego sería la Argentina. Esto es clave: reconocer qué posiciones resultaron hegemónicas y cuáles no tuvieron eco es lo que permite, en definitiva, comprender por qué sucedieron los acontecimientos como finalmente sucedieron, sin caer por eso en una lectura unívoca de los mismos. Esta cuestión que nos llevará, inexorablemente, a revisar las diferentes ideologías en pugna por aquellos días.
Interesa mucho, además, entender cómo se sucedieron los acontecimientos después del 9 de Julio,
es decir, capturar la importancia de lo ocurrido con posterioridad al Congreso de Tucumán. Entre otras cosas,
nos podemos preguntar: ¿Cuántos de nosotros tenemos claro que la campaña de San Martín
ocurrió después de la declaración de la independencia y no antes? ¿Por qué esto
sucedió así? ¿Cuántos sabemos que España reconoció nuestra Independencia
recién en 1863 y las causas de esto?
Es por eso que desde este Especial nos interesa recuperar la dimensión multicausal de los acontecimientos
históricos ligados a la conformación de nuestro país de modo de proponer un acercamiento
más completo y una mirada más amplia sobre los mismos.