En el encuentro entre personas de diferentes grupos culturales, es frecuente que se asuman posturas etnocéntricas. En ese caso, la persona que asume la postura etnocéntrica eleva a la categoría de universales los valores de la sociedad a la que ella pertenece. Por lo tanto, generaliza algo particular pero que le es familiar porque se encuentra en su cultura; cree que sus valores son los valores; considera que lo que es un bien para ella necesariamente es un bien para el otro. Y, en algunos casos, hasta puede sentirse incluso con derecho a imponer ese bien a los demás. Este tipo de personas jamás intenta "ponerse en el lugar del otro", esto significa que no intenta comprender al otro adoptando su punto de vista o su perspectiva.

De este modo, la actitud etnocéntrica es una actitud que menosprecia al otro, pues no lo considera un semejante.

Propósito

Esta actividad busca que los estudiantes analicen críticamente la noción de etnocentrismo y que desarrollen la capacidad de "empatía", es decir que puedan conectarse con el punto de vista ajeno. Experimentar y poner en práctica esta capacidad permitirá a los alumnos ir descentrándose progresivamente, disminuir el egocentrismo y acercarse a la toma de conciencia de las perspectivas, los pensamientos y los sentimientos de los otros.

Desarrollo de la actividad

1. La presente actividad se inicia con el relato de la historia de Gerónima.

El caso Gerónima

Estos sucesos tuvieron lugar en nuestro país en el año 1976. En Trapalco, un lugar aislado y casi deshabitado de la provincia de Río Negro, donde vivía una indígena mapuche llamada Gerónima con sus cuatro hijos: Paulino, Floriano, Eliseo y Emiliana. Vivían en una casita muy pobre, con piso de tierra, por donde entraban el agua y la nieve. Dormían en el piso, tenían poco abrigo, comían lo que podían (algún animalito que lograban cazar) y no recibían ninguna atención médica. Un día, puntualmente el 12 de agosto de 1976, llegó una patrulla policial y se llevó a Gerónima y a sus hijos a un hospital de General Roca. La intención era buena: no podían continuar viviendo así, necesitaban ayuda, necesitaban buena alimentación y cuidados médicos. Sin embargo, nadie le preguntó a Gerónima si quería irse de allí. En el hospital, Gerónima fue separada de sus hijos pues los chicos debían ser atendidos en otro pabellón. Los días pasaban y Gerónima no se adaptaba: dormía en el piso, no usaba los baños (salía sin que la vieran a hacer sus necesidades fuera del hospital), y empezó a desesperarse porque no podía estar con sus hijos. Lloró mucho, sufrió una crisis depresiva y se negó a ingerir alimentos. Vio cómo vacunaban a sus hijos y cómo éstos iban y venían custodiados siempre por un señor vestido de blanco. Pero, al poco tiempo, su hija Emiliana también comenzó a rechazar la alimentación y perdió peso. Para sopesar el caso, el 12 de septiembre se reunieron los médicos clínicos, los pediatras y el psiquiatra, y el resultado fue que éstos decidieron "respetar la voluntad" del grupo familiar y reintegrarlo a su medio habitual. La institución de salud les dio entonces el alta. Una frase de Gerónima, dicha en el hospital, sintetiza este drama: "No quiero que me den una mano, quiero que me saquen las manos de encima".

Pero la historia no termina aquí, el 15 de noviembre de 1976 Gerónima y sus cuatro hijos reingresaron al hospital. Los chicos estaban gravemente enfermos: Paulino, Emiliana y Floriano murieron por haber contraído "coqueluche" durante la internación anterior. Eliseo también ingresó con coqueluche pero lograron salvarlo. En cambio, su madre enloqueció. Esta terrible historia fue dada a conocer por el doctor Jorge Pellegrini, el psiquiatra que atendió a Gerónima durante su internación. Su libro, Gerónima, fue la base del filme que lleva el mismo nombre y que en 1985 fuera dirigido por Raúl Tosso y protagonizado por la actriz mapuche Luisa Calcumil.

2. Dramatización: a partir de la lectura o del relato de esta historia, usted propondrá a los estudiantes una dramatización. Los alumnos deberán dramatizar dos situaciones: a) la junta de profesionales del hospital (asistente social, médico clínico, psiquiatra, pediatra, director del hospital, enfermera) discutiendo qué se debe hacer con Gerónima y sus hijos: si dejarlos regresar a su hogar o continuar con el tratamiento en el hospital; b) una discusión entre los mismos personajes pero, esta vez, a partir de que ya se conocen los resultados de la intervención médica (la enfermedad de los niños y la "locura" de Gerónima).

Tenga en cuenta que la interpretación de los actores se basará principalmente en el diálogo y en la fuerza dramática dada a las palabras. Al estar librada a la improvisación de los alumnos, la representación requerirá un particular esfuerzo por parte de los chicos y no convendrá prolongar la exigencia por mucho tiempo. Una vez que hayan aparecido los elementos que usted considere interesantes para el debate, podrá dar por finalizada la dramatización.

3. Soliloquio: una vez concluida la dramatización, se invitará a los observadores (alumnos que hicieron de público) a que espontáneamente expresen en voz alta los posibles pensamientos de cada uno de los personajes. Para desarrollar este paso de la actividad es aconsejable que cada observador que tome la palabra se ubique detrás del personaje al cual "va a dar letra". Mediante esta tarea se busca manifestar todo aquello que los personajes no enunciaron durante la dramatización pero que, sin embargo, podrían haber dicho.

4. Silla vacía: en la dramatización anterior hay personajes de la historia que han estado ausentes. Uno de ellos es Gerónima, a quien se puede representar por medio de una silla vacía en medio de un círculo. Dos o tres voluntarios se sentarán a los pies de la silla e irán contestando las preguntas que el resto de sus compañeros formularán al personaje.

5. Debate: finalmente, todo el grupo, preferentemente ubicado en semicírculo tomará parte de un debate que usted podrá guiar con preguntas como las siguientes: si tuvieran que clasificar la conducta de los que quisieron ayudar a Gerónima, ¿cómo la definirían? ¿Había que dejarla que siguiera viviendo en esas condiciones?, ¿había que ayudarla como lo hicieron los médicos?, ¿había que ayudarla de otra manera?, ¿cómo habrán vivido Paulino, Emiliana, Floriano y Eliseo los cuidados médicos, los estudios, el despliegue técnico dispuesto para atenderlos?, ¿por qué creen que nadie se interesó por saber si Gerónima y sus hijos querían ser trasladados al hospital?, ¿por qué consideran ustedes que no fueron "escuchados"?, ¿cuándo y por qué cobró relevancia la "palabra" de Gerónima?, ¿por qué los médicos querían cuidar la salud de Gerónima y la de sus hijos?, ¿de qué la querían "curar"?, ¿acaso lograron "curarla"?, ¿de qué modo se hubieran podido mejorar las condiciones de vida de Gerónima y de sus hijos respetando su identidad cultural?

Cierre de la actividad

Será fundamental que al terminar la actividad todos los alumnos hayan tenido la posibilidad de ponerse en el lugar del otro. Por eso es importante desarrollar las propuestas de dramatización y de soliloquio. Al finalizar el debate, le sugerimos que retome el concepto de etnocentrismo y que, incluso, presente otros ejemplos (históricos o conocidos por usted y sus alumnos) donde se exprese una actitud etnocéntrica.

Sugerencias

También se sugiere complementar el relato con la mayor cantidad posible de datos sobre la cultura mapuche en general y, si fuera posible, sobre el personaje de Gerónima en particular. Con este fin, usted podrá consultar el libro de Jorge Pellegrini, Gerónima, (Buenos Aires, Ediciones Cinco, 1986), y la película homónima dirigida por Raúl Tosso. Asimismo, usted puede remitirse a la Propuesta para el Aula Nº 5 EGB3 llamada Costumbres raras en una ciudad misteriosa, pues allí se trabajan los conceptos de "etnocentrismo", "exotismo" y "relativismo".