“Doble armonía entre el objeto de esta institución, con una exigencia de nuestro desarrollo social; y de esta exigencia con otra general del espíritu humano”, Juan Bautista Alberdi

“Así, señores, seguir el desarrollo no es hacer lo mismo que hicieron nuestros padres, sino aquello que no hicieron y debieron hacer. Continuar la vida principiada en Mayo, no es hacer lo que hacen la Francia y los Estados Unidos, sino lo que nos manda a hacer la doble ley de nuestra edad y nuestro suelo; seguir el desarrollo es adquirir una civilización propia, aunque imperfecta, y no copiar las civilizaciones extranjeras, aunque adelantadas. Cada pueblo debe ser de su edad y de su suelo. Cada pueblo debe ser él mismo, lo natural, lo normal nunca es reprochable. La infancia no es risible con toda su impotencia. Lo que la ridiculiza es la pretensión de virilidad.”