El texto descriptivo presenta los rasgos característicos de un objeto, de un animal, de un paisaje o de una persona, que son el tema de la descripción. Se usan tanto adjetivos que asignan cualidades objetivas a lo descrito (grande, blanco, redondo, etcétera), como adjetivos que expresan la opinión del emisor (hermoso, cómodo, etcétera).
Como no se narran acciones, la descripción suele contener pocos verbos conjugados, que generalmente indican posiciones, características o estados (por ejemplo: ser, estar, parecer, haber, quedar, tener, ocupar, etcétera). El tiempo base es el presente (es, tiene, está) o el pretérito imperfecto del indicativo (era, tenía, estaba).
Siempre se describe desde el punto de vista de un observador, que puede estar mirando desde un lugar fijo o puede desplazarse.