No
crean que el diccionario solo se usa en la escuela o en casa para hacer la
tarea o que solo sirve para buscar el significado de una palabra, la
biografía de una persona o datos históricos y geográficos. En realidad, es
una herramienta que se utiliza en todas las profesiones, y que puede
servir hasta... para condenar o no a una persona.
El escritor español José Antonio Millán cuenta que la Justicia de Vizcaya, un lugar de España, condenó a unos jóvenes por llamar «cipayos» a unos policías. El primer juez que tomó la causa buscó la palabra en el Diccionario de la Academia y observó qué significaba: «Soldado de la India de los siglos XVIII y XIX». Esto no parecía un insulto, y no los condenó. Pero más tarde la corte volvió a tomar el diccionario y observó una segunda acepción: «Secuaz a sueldo». Eso sí era insultante dirigido a un policía. Los jóvenes fueron entonces declarados culpables.
Esta historia nos muestra el uso fundamental del diccionario: ayudarnos a saber qué quiso decir otra persona.
¿Cómo lo harán?
Formen
grupos de trabajo como lo indique la maestra.
Cada grupo trabajará en forma independiente de los demás, y elegirá a uno de sus integrantes para que tome nota de las conclusiones a las que lleguen respecto de cada uno de los puntos. Deben tener en cuenta que este proyecto concluirá con una puesta en común en la que todos los integrantes del grupo deberán participar.
Visiten la siguiente
página web: El
Diccionario
a. Lean y analicen la información para responder las siguientes preguntas:
b. Cuando lleguen al final de la página web hagan las tres actividades que
les presenta.
Una aclaración: esta página muestra un cuadro con un alfabeto que incluye la ch y la ll, como letras independientes. Pero si buscan en diccionarios de edición reciente, van a ver que las palabras que empiezan con ch están ubicadas en la c, antes de las que comienzan con ci. Las palabras que comienzan con ll, por su parte, aparecen dentro de la letra l, entre las que empiezan por li y lo.
Esta es la explicación: a pedido de distintos organismos internacionales, la Asociación de Academias de la Lengua Española acordó en 1994 ubicar esos dígrafos (busquen la palabra dígrafo en el diccionario) en el lugar que les asigna el alfabeto internacional. La Real Academia Española, en su diccionario, sitúa las palabras con ch y ll en los lugares que corresponden de la c y la l, como ya dijimos, pero agrega en cada caso un encabezamiento que recuerda su condición de letras del alfabeto español.
Existen varios tipos de diccionarios:
Visiten el portal de la Real
Academia Española.
Antes de utilizar el diccionario recorran el sitio y contesten las
siguientes preguntas:
Consultas lingüísticas: permite enviar por mail preguntas a la Academia (debe tratarse de preguntas que no hayan podido contestarse después de consultar el diccionario).
Diccionarios académicos: se pueden encontrar todos los diccionarios que fue publicando la Real Academia Española, desde el primero –el Diccionario de Autoridades– de 1726. Cualquier persona hoy desde cualquier lugar del mundo puede tener acceso a través de internet a un material que difícilmente se encuentre reunido en una sola biblioteca. Este material es usado por los lingüistas y otros estudiosos, que desean conocer la evolución de determinadas palabras.
En la
esquina superior izquierda de la pantalla encontrarán el link Diccionario
de la lengua española; hagan clic para ingresar.
Ya en esta sección, en la parte superior de la pantalla tienen el
buscador.
En el
cuadro de entrada, rectángulo blanco en la parte superior izquierda,
ingresen comer y realicen la
búsqueda.
Encontrarán un botón que dice Artículo enmendado, que los llevará a un texto con los cambios que va a tener la entrada comer en la próxima edición del diccionario. ¿Por qué otra edición? En Para saber más van a trabajar este tema.
A la izquierda de la palabra comer se encuentra un cuadrado azul, hagan clic sobre él, analicen la pantalla que se abre y saquen conclusiones entre los integrantes del grupo.
Busquen ahora las siguiente palabras: comí, lápices, linda, maestra. Anoten qué resultado obtienen en cada caso.
Luego, búsquenlas también en un diccionario de papel.
Ahora
es el momento de comparar el diccionario de papel con la búsqueda online.
Conversen en clase sobre las diferencias y similitudes y completen un
cuadro sobre el tema entre todos, en el pizarrón o en la pantalla.
Una curiosidad: la Real Academia de la Lengua terminó la redacción de su diccionario de dudas (el Diccionario panhispánico de dudas) a fines del año 2004. Durante el período de preparación de ese diccionario, la Academia fue presentando en su página los «Avances», es decir que desde cualquier lugar del mundo podía consultarse en internet ese diccionario mientras estaba en período de elaboración. Esto muestra las posibilidades de internet.
Para los que no lo saben: se llama «panhispánico» porque en su redacción colaboraron las Academias de la Lengua de todos los países de habla hispana.
El diccionario cambia
«Estamos satisfechos de cómo ha salido el diccionario, pero como conocemos la naturaleza del lenguaje, sabemos que cuando se publica un diccionario no se le puede echar la llave a una colección de palabras, no se quedan encerradas. Pueden cambiar de sentido y recoger nuevas acepciones. Como el idioma no para, no podemos considerarlo detenido en un diccionario. Dentro de diez o quince años el nuestro habrá dejado de ser rigurosamente actual, aunque eso no signifique que sea anticuado. En ese momento será necesaria de manera imperiosa la publicación de una segunda edición actualizada».
Estas son palabras de Manuel Seco, uno de los autores del Diccionario de uso del español actual.
Como todo proyecto didáctico áulico, este es abierto, para que el docente
pueda adaptarlo al año del ciclo en que lo ponga en práctica, o al nivel
de profundidad con que quiera realizar las diferentes actividades.
Recomendamos algunos enlaces con información sobre la construcción de diccionarios, así como sobre el racismo y el sexismo que se pueden aparecer en las definiciones. El docente podrá encontrar en estas páginas curiosidades y ejemplos para sus clases, que le permitirán demostrar el carácter histórico de los diccionarios, como todo tipo de texto social.
La evaluación del docente puede ser efectuada durante la realización del proyecto –evaluación de monitoreo–. En la puesta en común los alumnos también pueden realizar, con la guía del docente, una evaluación del proyecto en sí. Esto servirá para detectar las inquietudes del grupo y tenerlas en cuenta para la elaboración de nuevos proyectos.
TÍTULO | Para qué sirven los diccionarios |
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NIVEL |
Segundo Ciclo de EGB |
ÁREA |
Lengua |
ÁREAS VINCULADAS |
Tecnología |
OBJETIVOS |
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