Conocé la historia de este símbolo patrio que comenzó en 1813.

Origen y características

El escudo nacional argentino tiene su origen en el sello usado por la Soberana Asamblea General Constituyente de 1813.

Antecedentes

En enero de 1794 la Corona de España creó el Real Consulado de Buenos Aires. Al frente del edificio donde este funcionaba se colocó un escudo con los colores celeste y blanco. Estos colores provenían de los colores borbónicos, de la casa de Fernando VII.

Origen del escudo nacional

Hasta el momento en que se instaló la Asamblea del año XIII, el 31 de enero de 1813, el sello que se utilizaba para los documentos del Virreinato era el de las armas reales. Cuando la Asamblea se creó, y ante la necesidad de contar con un sello propio, se comenzó a utilizar uno inspirado en un modelo que compuso el peruano Antonio Isidro de Castro en 1812 por disposición de Bernardino Rivadavia, y que le había sido presentado al Primer Triunvirato.

El 12 de marzo de 1813 se hizo la primera mención expresa acerca del escudo, cuando se dispuso que el Supremo Poder Ejecutivo (Segundo Triunvirato) usara el mismo sello que la Soberana Asamblea, aunque con la inscripción correspondiente alrededor de los atributos.

Los primeros documentos que se conocen con el sello de la Soberana Asamblea son de 1813. En un decreto del 22 de febrero, firmado por Alvear y Vieytes, aparece el escudo en un sello de lacre. Otro decreto del 27 de abril de ese mismo año asigna carácter de emblema nacional a ese sello, al ordenar que las armas del rey, fijadas en lugares públicos o que figuren en los escudos y banderas de algunas corporaciones sean sustituidas por las armas de la Asamblea (el escudo).

La forma definitiva del escudo nacional quedó fijada en 1900 por Estanislao S. Zeballos, en esos momentos ministro de Estado, con el Decreto 10.302, dictado en Acuerdo General de Ministros el 24 de abril de 1944.

Características y significado

Nuestro escudo nacional tiene forma de elipse, cortada al medio: la mitad superior azul celeste, que representa la justicia, la verdad, la lealtad y la fraternidad; y la mitad inferior, de color plata (blanco), símbolo de pureza, fe, hidalguía, integridad, firmeza y obediencia.