“Oda a los niños de Madrid muertos por la metralla”, de Vicente Aleixandre

Se ven pobres mujeres que corren en las calles como bultos o espanto entre la niebla. Las casas contraídas, las casas rotas, salpicadas de sangre: las habitaciones donde un grito quedó temblando, donde la nada estalló de repente, polvo lívido de paredes flotantes, asoman su fantasma pasado por la muerte. Son las oscuras casas donde murieron niños. Miradlas. Como gajos se abrieron en la noche bajo la luz terrible. Niños dormían, blancos en su oscuro. Niños nacidos con rumor a vida. Niños o blandos cuerpos ofrecidos que, callados los vientos, descansaban. Las mujeres corrieron. Por las ventanas salpicó la sangre.

Aleixandre, Vicente. Madrid, 1936.