Roberto Aizenberg
Torre
, 1990Óleo sobre tela
84 x 60 cm
Colección Castagnino+macro
Torre, de Roberto Aizenberg, nos produce una sensación extraña, nos intriga. La torre parece estar envuelta por un cielo azul, y no podemos discernir mucho más del espacio que la rodea. Se encuentra vacía, deshabitada. Parece tratarse de un lugar detenido en el tiempo. No hay nada preciso, salvo el bloque hermético y macizo de la torre.
Aizenberg solía decir:
“Yo no pretendo expresar nada, (… ) Cuando a mí me preguntan qué expresa una pintura mía, respondo que eso que está ahí y ninguna otra cosa”.
Roberto Aizenberg fue un artista argentino que estuvo muy vinculado con el movimiento surrealista. Los artistas surrealistas rechazaban lo racional y las normas sociales tradicionales. Para liberar al hombre de estas ataduras reivindicaban lo irracional, lo inconsciente y el mundo interior de las personas.
Al observar esta obra nos preguntamos: ¿por qué se trata de una pintura surrealista? ¿Representa un sueño? ¿Se refiere al inconsciente?
Los surrealistas encontraron distintos modos de realizar sus obras en su búsqueda de liberarse de la lógica y la razón.
Como disparador para sus pinturas, Aizenberg trabajaba con el automatismo: de este modo sus obras se encontraban determinadas por el azar o la casualidad.
En este sentido, decía:
“Trabajo desde hace muchos años con un método, el automatismo; un modo mediante el cual es posible lograr un máximo de información con un mínimo de interferencias. La idea es que hay que crear como lo hace la naturaleza, sin ideología y sin dogma. Sin preconceptos. Hay que pintar con la naturalidad de la respiración, como fluye la sangre.”