Víctor Grippo es un artista clave del arte conceptual argentino.

¿Qué es el arte conceptual?

Veámoslo a partir de Analogía I. ¿Qué elementos encontramos? Tenemos cuarenta papas en casilleros, con cables y electrodos que conectan a las papas entre sí, y todas ellas a un voltímetro, un aparato que mide la cantidad de energía eléctrica que generan las papas.

¿Las papas?

¡Sí! La papa produce energía eléctrica, y muchas papas pueden funcionar como una batería. Debajo del voltímetro hay un texto y un botón que, al ser pulsado por el espectador, activa el voltímetro, midiendo la energía.

La papa, originaria de los Andes, fue el alimento principal de los incas y luego, llevada a Europa por los españoles, se convirtió en el alimento de los pobres. Vinculada a las raíces de América Latina y a la colonización, está cargada de significados y funciona como metáfora de la conciencia. Muchas papas generan una energía que una sola papa no podría generar; así también nuestra conciencia individual puede ampliarse al conectarnos, transformando nuestro potencial. De eso nos habla el texto.

Entonces, retomando… ¿qué era el arte conceptual?

Un arte que no apunta al goce de los sentidos sino a la reflexión, a los conceptos. Un arte para pensar, que nos exige un nuevo tipo de participación (y no solo para presionar el botón), una participación mental, de interpretación. No le importa tanto la forma como la idea, entonces puede usar distintas técnicas y prácticas no-tradicionales, incluso objetos del mundo extraartístico. En el caso de Grippo, elementos naturales como la papa, herramientas de trabajo u objetos que toma prestados del mundo de la química, la alquimia y los laboratorios.