Las grandes masas inmigratorias trajeron consigo no solo usos y costumbres de sus lugares, sino también ideologías políticas. El socialismo y el anarquismo fueron las más difundidas entre las clases trabajadoras. Por los años veinte la situación política argentina vivía un momento difícil debido a los acontecimientos de la semana trágica de 1919.

En la obra, podemos interpretar la fuerza y la potencia del brazo del disertante como la fuerza y el valor del pueblo para enfrentar a los grandes poderes opresores. La fábrica en el plano último enmarca la situación, ya que es este el lugar para la lucha obrera. Un hombre que reparte periódicos da cuenta de la importancia de los medios de comunicación para difundir las buenas nuevas. La figura del orador se erige heroica. Es la voz cantante de la modernidad y de la utopía de revolución y cambio.

Un conjunto de artistas, entre los cuales se encontraba Abraham Vigo, formaron el llamado Grupo de los Artistas del Pueblo. Desarrollaron sus obras mediante el grabado, técnica que por su naturaleza discute el concepto de obra original, típicamente burgués, y permite la difusión masiva de las imágenes. La intención última era llevar a cabo una revolución social en la que el arte tuviese un lugar importante en la toma de conciencia.

Vigo, además de grabador, fue pintor y escenógrafo. Con sus trabajos participó en publicaciones de izquierda, como la revista Claridad.