Un domingo primaveral de 1975, Omar y su hermano Mario salieron con sus familias a disfrutar de “un día de pesca y asadito” en el campo. La cámara captó el alegre momento en el que juntos bajan corriendo una ladera. Treinta y un años después, la misma toma, en el mismo lugar, pero solo vemos a Mario. Y es que su hermano Omar es una de las 30.000 víctimas del plan sistemático de represión ilegal y desaparición forzada de personas instaurado por la dictadura militar. Su ausencia es la marca imborrable de una herida aún abierta, y es también un recuerdo de su existencia y de nuestro pasado.

Ambas tomas son parte del proyecto Ausencias, de Gustavo Germano. Una propuesta en la que el fotógrafo –junto a los familiares de 15 desaparecidos– vuelven a escenificar antiguas fotografías señalando la ausencia de los que ya no están. La propuesta es contundente y clara: un arte que promueve la memoria y la reflexión sobre la violencia en nuestra historia.

Para el artista, “Ausencias despierta una conciencia de esa brutalidad acercándola o haciéndola ‘visible’ en el ámbito de lo más preciado: lo cotidiano, lo pequeño, lo propio. No es necesario mostrar más para exponer la violencia militar […] Tan violento como 30.000 ausencias que se multiplican exponencialmente y se revelan en todos los que hoy estamos presentes”.