Estamos viendo la foto de una obra de Nicolás García Uriburu, pero… ¿la foto es la obra? Sí y no. Veamos algunas de las frases escritas por el artista en el texto que acompaña la imagen:

“La obra de arte adopta la forma de la naturaleza: fluida, dinámica. (..)… ya no tiene lugar fuera de la naturaleza (galerías, museos…).”

“La obra de arte tiene vida: comienza y termina. Cambia de lugar, de forma, de dimensión y se disipa (varía según la meteorología, la marea, las corrientes…).”

¿Qué tipo de obra podría ser esta? ¿Efímera, cambiante, que no está en los museos y varía según la meteorología?

Se trata de una obra de “arte de acción”. En realidad, esta foto es el registro de una acción que realizó el artista en el año 1968 en Venecia. Desde una embarcación, el artista volcó un químico –inofensivo biológicamente– que coloreó de verde fluorescente las aguas del Gran Canal de Venecia. A través de esta intervención del paisaje urbano, que utiliza la naturaleza como material, García Uriburu busca generar una toma de conciencia sobre el problema de la contaminación del agua y del medio ambiente por la acción destructiva del hombre. El color verde, como símbolo de la naturaleza, y el mensaje ecológico continúan presentes en la obra de Nicolás García Uriburu hasta la actualidad.

Este tipo de manifestaciones artísticas, en las que el acento no está puesto en el objeto material (como una pintura o una escultura) sino en un proceso, una idea o una reflexión, se denominan genéricamente “arte conceptual”.

A partir de Coloración en Venecia, de 1968, García Uriburu continuó realizando otras intervenciones similares, coloreando el agua de ríos, puertos y fuentes en distintos lugares del mundo. El 22 de marzo del 2010 realizó Utopía del Bicentenario (1810-2010) 200 años de Contaminación. En colaboración con Greenpeace, tiñó de verde las aguas del Riachuelo, a la altura de la Vuelta de Rocha, para reclamar el saneamiento de la cuenca. Mirá el video que registra la acción.