El tema de la percepción es fundamental en el arte: da cuenta de nuestra participación como espectadores en la observación de la obra. En todo acto perceptivo existen dos instancias fundamentales: la primera es fisiológica, asociada a cómo es recibido un impulso sensorial, y la segunda es cultural e histórica, relacionada a cómo se interpreta y decodifica esa información.

En esta obra, una figura geométrica alargada emerge de un fondo rectangular oscuro. La figura está compuesta por líneas rectas en cuyos intervalos hay un abanico de tonos, de oscuro a claro, que otorga volumen y luminosidad. En efecto, parecería que la figura fuera una fuente de luz o de refracción de una luz externa. En el extremo derecho las líneas se yuxtaponen, en un trabajo de transparencias que consigue generar una vibración o cierta ilusión de movimiento.

Ary Brizzi está convocando al espectador a un juego de percepción, en el que no queda del todo claro qué es lo se mueve: si la figura dispuesta en la tela o la figura capturada por el ojo de quien ve.