Pablo Curatella Manes
Rubgy
, 1926Modelado y vaciado en bronce
112,5 x 84,5 x 71 cm
Colección Museo Nacional de Bellas Artes
Al mirar esta escultura lo primero que nos preguntamos es ¿dónde está la figura humana, el cuerpo del deportista, del jugador de rugby? Entonces observamos que la obra de Curatella está trabajada de manera muy sintética, cercana al lenguaje abstracto. Vemos líneas, formas curvas que van y vienen, espacios llenos y vacíos. Podemos pensar que el artista quiso captar el movimiento y la fuerza del rugby, la energía de una persona corriendo, de una pelota siendo arrojada, de los cuerpos chocando. Esto es producido por la tensión y el dinamismo con el que el artista organiza las formas en el espacio.
Para 1926, año en que realizó Rugby, Curatella Manes consideraba que no era necesario realizar una obra que imitara la realidad, sino que trabajando a partir de líneas y planos se conformaba un espacio que permitía percibir la esencia del tema sin mostrarlo.