En esta obra nos encontramos con un enorme y extraño pájaro mirando, acechando, una ciudad caótica.

Se trata de una imagen fantástica, fragmentada y desproporcionada. Observemos cómo el artista utiliza colores fuertes y llamativos, bordes netos y formas esquemáticas. Esta manera de representar nos recuerda algunas historietas y los afiches publicitarios de la calle.

En este sentido la obra de Benedit se vincula con el lenguaje del pop art, movimiento que surgió con fuerza durante la década de 1960. Los artistas trabajaban a partir de los temas y los modos de producción industriales de la cultura de masas, queriendo representar imágenes que nos resultan cotidianas. Buscaban adoptar las mismas formas en las que los medios de comunicación nos brindaban la información.

Deteniéndonos nuevamente en la figura del pájaro, nos preguntamos ¿quién es? ¿Por qué vigila la ciudad? ¿La amenaza o le teme?

Se percibe la tensión entre la figura del pájaro, que representa el mundo natural, y el contexto de la ciudad, que representa el mundo artificial, construido por la mano del hombre.

En esta pintura observamos una de las problemáticas que cruzan gran parte de la producción de Benedit: su interés por la ecología. Particularmente investiga los hábitats en la naturaleza y el funcionamiento de los diferentes ecosistemas.