La temática de los paisajes conforma un género arraigado en la pintura. Se denomina así a las imágenes que representan un territorio como tema principal desde el punto de vista del artista.

Los paisajes que Xul Solar creó responden a una lógica propia: son paisajes fantásticos, místicos y enigmáticos. El que observamos está poblado por figuras geométricas y por seres extraños que se deslizan por rampas o flotan con pies de pescados. Los únicos elementos naturales son las estrellas, planetas y símbolos de un espacio cosmológico. Este paisaje nos propone una realidad desconocida.

Entre las obras que este artista nos legó, podemos reconocer su búsqueda incesante por establecer relaciones entre el mundo que habitamos y el orden cósmico. Para esto, estudió e investigó las tradiciones del ocultismo, la astrología y la Qabbaláh, corrientes espirituales y filosóficas de principios de siglo y las religiones orientales.

Se trata de un artista excepcional en el arte argentino, que además de ser pintor fue dibujante, astrólogo, inventor, metafísico, músico, lingüista, titiritero, arquitecto y diseñador.

Los símbolos que aparecen en sus obras están vinculados a la astrología. La serpiente, una de las figuras que aparece reiteradamente en sus cuadros, remite por su capacidad de regeneración al poder transformador y renovador de la vida, ya que cambia de piel anualmente. Sugerentemente, eran las transformaciones y las utopías lo que Xul Solar estaba persiguiendo siempre.