Estamos en una sala de exposiciones y sobre sus muros cuelga una hilera de prendas tejidas a mano por Mónica Girón. ¿Para quiénes habrán sido confeccionadas? Observémoslas individualmente: un diminuto pullover con capucha y alitas; un saco con enormes alas, un par de medias larguísimas que terminan en unas patas de cuatro dedos también muy extensos… Son prendas tejidas cuidadosamente para aves de la Patagonia; abrigos para los pájaros que habitan la fría región donde nació la artista. Este primer acercamiento nos lleva a pensar esta indumentaria como una obra afectuosa, por la delicadeza de su realización, y hasta algo humorística por su extravagancia.

Prestemos atención al título: Ajuar para un conquistador; el título transforma el sentido. Ahora podríamos pensar que se trata de vestimentas para una fauna próxima a extinguirse. Un ropaje que nos hace reflexionar sobre los cambios que ha sufrido el sur de nuestro país, desde la Campaña al “desierto”, hasta las sucesivas ocupaciones humanas que han modificado su geografía, su fauna y flora. Así, las preciosas y divertidas prendas se convierten en formas vacías, sin un cuerpo que las habite, en definitiva, en tejidos sin vida.

Ya sean cálidos abrigos o vacíos despojos de cuerpos ya ausentes, las prendas nos acercan a la historia y la identidad de la Patagonia.