¿Cómo se proyecta el patio de un museo que se define comunitario? ¿Cómo se reflexiona, a su vez, sobre las transformaciones económicas, sociales y políticas del país en los últimos 40 años?

El Museo del Puerto, en Ingeniero White, nos cuenta que en el patio del hogar se pueden interpretar prácticas, identidades y saberes que hacen a la comunidad y a su historia. En la particularidad de un patio, en el modo especial en que se disponen las plantas, los cercos, las macetas, se expresan los deseos, frustraciones y la memoria de los habitantes.

Desde el trabajo y la mirada del museo se detectan los elementos en común de todos esos patios, como la reelaboración de los materiales abandonados y recipientes en desuso, tales como bidones de agua, cajones, tapas de locomotora, cajas de masitas, lavarropas, botellas, latas de duraznos. Esos desechos del ferrocarril o aquellos saberes técnicos y oficios relacionados con el puerto se transforman en la belleza hogareña.

El patio colectivo del museo, armado con tantos otros pati, también es una invitación a recorrer y mirar los patios de Ingeniero White, para poder hacer visible lo que normalmente se esconde en la cotidianidad. Es también un reconocimiento a aquellas personas que se quedaron sin trabajo y que transmutaron sus conocimientos en el armado de una maceta con una batería de cocina, en un balde de albañil o en el cuidado de una hortensia.

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