La imagen que estamos viendo forma parte de uno de los proyectos más importantes de Gyula Kosice: La Ciudad Hidroespacial. En su casa-museo pueden observarse maquetas de acrílico colgadas y ambientadas con imágenes luminosas. Estas esculturas trasparentes reflejan la búsqueda del bienestar humano.

Según Kosice, la humanidad ha crecido demográficamente de forma desordenada siguiendo sus impulsos vitales. La propuesta de esta obra es la construcción de un nuevo hábitat situado a mil o mil quinientos metros de altura.

“Debemos reemplazar los espacios que se han convertido en un ritual arquitectónico: living, comedor, dormitorio, baño, cocina, por propuestas de lugares para vivir. Habrá lugares para tener ganas, para no merecer los trabajos del día y la noche, para alargar la vida y corregir la improvisación, para olvidar el olvido, para disolver el estupor del por qué y para qué y tantos otros lugares como nuestra inagotable imaginación amplifique y conciba.” (Gyula Kosice)

En esta ciudad del futuro no habría lugar para angustias o enfermedades, y sí para revalorizar el amor, los recreos de la inteligencia, del humor, el esparcimiento lúdico, los deportes, la abolición de los límites geográficos y del pensamiento.

Este fue un proyecto utópico de una ciudad muy diferente de las que conocemos. Kosice nos está invitando a reflexionar sobre el compromiso que tenemos los habitantes de este mundo de cuidarlo para aspirar a vivir mejor en comunidad.