Watson y Crick sospecharon que una vez elucidada la estructura del ADN, sería más fácil entender su función. Razonaron, entonces, que si el ADN era la molécula que transmitía la información genética a las células hijas, esta debía funcionar como un código. Para mitad de los años 1950 se sabía que la secuencia de nucleótidos en el ADN daba origen a una secuencia de polipéptidos. Es decir, la molécula de ADN debía dirigir la síntesis de proteínas.
ADN → Proteínas
Pero si esto era cierto, faltaba dilucidar una pieza del rompecabezas ya que sabía que las proteínas se sintetizaban fuera del núcleo. ¿Cómo podía el ADN, que estaba dentro del núcleo, dirigir la síntesis de proteínas fuera del mismo? A Crick se le ocurrió la idea de que debía existir un intermediario.
ADN →¿?→ Proteínas
Un posible candidato para intermediario era el ARN, que se encuentra en el citoplasma. El ARN tenía varias características que lo hacían un firme candidato:
Crick sintetizó esta idea en lo que él llamó el dogma central de la biología, que especifica que el ADN se traduce ARN y este, a su vez, dirige la producción de proteínas.
ADN → ARN → Proteínas
Según este postulado, la información fluye de manera unidireccional: no puede moverse de las proteínas al ADN. Es decir, una vez que la información llega a las proteínas, estas no pueden ser cambiadas o, lo que es lo mismo, las proteínas no pueden influir los genes. Si bien Crick usó el término dogma en un sentido figurado y quizá con humor, ya que las ideas científicas sólo son aceptadas hasta que aparezca evidencia experimental que las desmienta, durante algún tiempo esta idea adquirió cierta dimensión de verdad absoluta en la mayoría de los libros de texto.
Actualmente el "dogma central de la biología" ha sufrido algún resquebrajamiento, pues, para sorpresa de muchos, en 1971 se descubrió que algunos virus, como el de la inmunodeficiencia humana (VIH), llevan su información en forma de ARN, y que ella puede pasar al ADN de sus huéspedes. Ese proceso ocurre en el sentido contrario al esquema de Crick, ya que la información pasa del ARN al ADN. Además, actualmente sabemos que tanto el ARN como las proteínas pueden influir en la expresión del código genético.